miércoles, 6 de noviembre de 2013

Mes de Maria ... (Misión por Maria con Pedro a Jesús)

Santa María, Madre de Dios, 
tú has dado al mundo la verdadera luz, 
Jesús, tu Hijo, el Hijo de Dios. 
Te has entregado por completo 
a la llamada de Dios 
y te has convertido así 
en fuente de la bondad que mana de Él. 
Muéstranos a Jesús. Guíanos hacia Él. 
Enséñanos a conocerlo y amarlo, 
para que también nosotros 
podamos llegar a ser capaces 
de un verdadero amor 
y ser fuentes de agua viva
en medio de un mundo sediento
                                                          Santidad Benedicto XVI, en Deus caritas

Somos la Familia Misionera Totus Tuus. Estamos en plena comunión con el Papa Francisco y con nuestro Obispo.
Nuestro objetivo es dar testimonio del gran Amor de Dios.

Hemos peregrinado a numerosos santuarios católicos de nuestro país para participar de diferentes eventos religiosos (Luján, Itati, Del Valle, Lourdes). También participamos en Brasil en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro y tuvimos la oportunidad de visitar el célebre santuario de Nuestra Señora Aparecida.
Nos desplazamos en una casilla rodante con imágenes religiosas que son signo de nuestro gran amor a la Iglesia de Dios, Una, Santa, Católica y Apostólica.
Nuestra intención es, a partir de este mes de María, redescubrir el valor de las grutas religiosas y ermitas que se encuentran en lugares públicos y en casas de familia.
Queremos reunirnos a orar, bajo la guía de María en cada uno de esos lugares sagrados y dar testimonio de lo que Jesús obra cada día en nuestras vidas.
Para poder seguir adelante en este camino de fe, pedimos la oración todos nuestros hermanos en Cristo.
Estamos dispuestos a acudir  a fiestas patronales y eventos de parroquias, escuelas y otras instituciones., para compartir con todos los hermanos la hermosa experiencia de sentirnos amados por Dios.

En esta iniciativa  imploramos la protección de la Sagrada Familia de Nazaret  y la intercesión de los Santos Patronos de las misiones, Teresita del Niño Jesús y Francisco Javier.




Este sábado 09/11 estaremos en barrio Jorge Newbery, en la plaza central del mismo. (omnibus A10 y R2 te dejan en la misma plaza), y allí nos espera la
Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús, a partir de las 18 hs.Se rezara el Santo Rosario, luego darán su testimonio, y a las 20 hs participaremos de la Misa que se celebra a unas cuadras del lugar. Esperamos contar con tu presencia, ver imagen abajo de la ermita.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Una nueva Mision en el mes de María....

Recorrimos entre el 2012 y el 2013 algunos de los Santuarios de Argentina dando testimonio como familia. también llegamos al Santuario de AparecidaS en Brasil y la JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD, con nuestra casilla rodante y nuestros pequeños hijos sentimos el fuego de ser verdaderamente misioneros y que por la gracia de DIOS vamos a ir contracorriente...

Es por eso que en Noviembre mes de MARIA... ALGO GRANDE VENDRA !
SANTO ROSARIO, TESTIMONIO Y ESPERANZA, MUY CERCA, MUY CERCA DE VOS...




2013-10-29 Radio Vaticana

(RV).- (Con audio y video) La esperanza no es optimismo, sino “una ardiente expectativa” hacia la revelación del Hijo de Dios. Lo dijo el Papa Francisco en la Misa del martes en la Casa de Santa Marta. El Santo Padre recalcó que los cristianos deben cuidarse de clericalismos y de actitudes cómodas, ya que la esperanza cristiana es dinámica y da la vida.
¿Qué cosa es la esperanza para un cristiano? El Obispo de Roma se inspiró en las palabras de San Pablo, en la Primera Lectura, para resaltar la dimensión única de la esperanza cristiana. No se trata de optimismo, advirtió el Pontífice, sino de “una ardiente expectativa” dirigida hacia la revelación del Hijo de Dios. La creación continuó diciendo el Papa, fue “sujetada a la caducidad” y el cristiano vive la tensión entre la esperanza y la esclavitud. “La esperanza -agregó Francisco haciéndose eco de las palabras de San Pablo- no decepciona, es segura”. Sin embargo, reconoció “no es fácil entender la esperanza”. A veces, puntualizó el Santo Padre, “pensamos que ser personas de esperanza signifique ser personas optimistas”. Pero no es así :
“La esperanza no es el optimismo, no es aquella capacidad de ver las cosas con buen ánimo y seguir adelante. No, eso es optimismo, no es esperanza. Ni la esperanza es una actitud positiva frente a las cosas. Esa gente brillante, positiva... Esto es bueno, ¡eh! pero hay esperanza. No es fácil entender bien lo que es la esperanza. Se dice que es la más humilde de las tres virtudes, porque está oculta en la vida. La fe se ve, se siente, se sabe lo que es. La caridad se hace, se sabe lo que es. Pero, ¿qué es la esperanza? ¿Qué es esa actitud de la esperanza? Para acercarnos un poco, podemos decir primero que la esperanza es un riesgo, es una virtud arriesgada, es una virtud, como dice San Pablo ‘de una ardiente expectativa hacia la revelación del Hijo de Dios’. No es una ilusión”.
Tener esperanza, añadió el Pontífice, es justamente esto: “Estar en tensión hacia esta revelación, hacia esta alegría que llenará nuestra boca de sonrisas”. San Pablo, anotó luego el Papa- hace hincapié en que la esperanza no es el optimismo, “es mucho más”. Es “otra cosa diferente”. Y los primeros cristianos, recordó, “la representaban como un ancla: la esperanza era un ancla, anclada en la orilla” del más allá. Y nuestra vida es justamente caminar hacia esa ancla:
“Se me ocurre la pregunta, ¿dónde estamos anclamos nosotros, cada uno de nosotros? Estamos anclados allá en la orilla de aquel océano tan alejado o estamos anclados en una laguna artificial que hemos hecho nosotros, con nuestras normas, nuestros comportamientos, nuestros horarios, nuestros clericalismos, nuestras actitudes eclesiásticas… no eclesiales, ¿eh? ¿Estamos anclamos allí? Todos confortables y seguros, ¿eh? Aquella no es esperanza ¿Dónde está anclado mi corazón, allí en esta laguna artificial, con un comportamiento impecable de verdad ...”
San Pablo, agregó el Papa, indica otro ícono de la esperanza, aquel del parto. “Estamos a la espera - observó - esto es un parto. Y la esperanza se encuentra en esta dinámica”, de “dar vida”. Sin embargo, precisó Francisco, “la primicia del Espíritu no se puede ver”. No obstante sé que “el Espíritu obra”. Obra en nosotros “como si fuese un pequeño grano de mostaza, pero lleno de vida dentro, de fuerza, que va adelante” hasta convertirse en árbol. El Espíritu obra como la levadura. Así, resaltó el Santo Padre, “el espíritu trabaja: no se ve, pero existe. Es una gracia que hay que pedir”:
“Una cosa es vivir en la esperanza, porque en la esperanza estamos salvados y otra cosa es vivir como buenos cristianos, nada más. Vivir a la espera de la revelación, o vivir bien con los mandamientos; estar anclados en la orilla del más allá, o aparcados en la laguna artificial. Pienso en María, una muchacha joven, cuando, después de haber oído que era mamá ha cambiado su actitud y va, ayuda y canta ese cántico de alabanza. Cuando una mujer se queda embarazada es mujer, pero no es solo mujer: es madre. Y la esperanza tiene algo de esto. Nos cambia la actitud: somos nosotros, pero no somos nosotros; somos nosotros, buscando allí, anclados allí.”

Dia de TODOS LOS SANTOS. ¿qué nos dicen los Santos, hoy?


En una soleada Plaza de San Pedro y ante miles de fieles y peregrinos el Papa Francisco, antes de rezar el ángelus en la fiesta de Todos los Santos, afirmó que “la meta de nuestra existencia no es la muerte, sino el Paraíso. Y recordó que los Santos son los amigos de Dios, que han transcurrido su existencia terrena en comunión profunda con Dios, hasta el punto de llegar a ser semejantes a Él, porque han visto en el rostro de los hermanos más pequeños y despreciados el rostro de Dios, y ahora lo contemplan cara a cara en su belleza gloriosa.
El Santo Padre también afirmó que los Santos “no son superhombres, ni han nacido perfectos”. Sino que son personas que antes de alcanzar la gloria del cielo han vivido una vida normal, con alegrías y dolores, fatigas y esperanzas. Son hombres y mujeres que tienen la alegría en el corazón y la transmiten a los demás.
Francisco no olvidó destacar que ser santos “no es un privilegio de pocos, sino que es una vocación para todos”. De modo que todos estamos llamados a caminar por la vía de la santidad, que tiene un nombre y un rostro: Jesucristo.
Además, el Obispo de Roma preguntó ¿qué nos dicen los Santos, hoy? Y respondió afirmando que nos dicen que debemos confiar en el Señor, ¡porque Él no decepciona! A la vez que con su testimonio nos animan a “no tener miedo de ir contracorriente o de ser incomprendidos y escarnecidos cuando hablamos de Él y del Evangelio”.
Antes de rezar a la intercesión de María, Reina de todos los Santos, el Pontífice dijo que nuestra oración de alabanza a Dios y de veneración de los espíritus bienaventurados se une a la oración de sufragio por cuantos nos han precedido en el pasaje de este mundo a la vida eterna.

sábado, 26 de octubre de 2013

Apoyando el esfuerzo de Laicos...

Con tu aporte podemos seguir siendo portadores del rostro de Cristo...

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Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.

A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.

Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él.

El amor, para que sea auténtico, debe costarnos.

No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.

La paz comienza con una sonrisa.

Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.

Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios.


Maria Teresa de Calcuta 

lunes, 21 de octubre de 2013

Por los caminos del mundo con una buena noticia


Santurio de Aparecidas (Brasil)

2013-10-20 L’Osservatore Romano
«La naturaleza misionera de la Iglesia no es proselitista, sino testimonio de vida que ilumina el camino, que trae esperanza y amor». Las palabras del Papa Francisco, trazan el marco a la celebración, en programa para el domingo 20, de la Jornada mundial de las misiones de 2013. El mensaje escrito por el Pontífice para la ocasión destaca, en efecto, que cada comunidad cristiana puede llamarse «adulta» sólo cuando profesa la fe «saliendo del propio ambiente para llevarla también a las “periferias”, sobre todo a quienes aún no han tenido la oportunidad de conocer a Cristo». Palabras que encuentran una síntesis eficaz en el eslogan —«Por los caminos del mundo»— elegido por Missio (organismo pastoral de la Conferencia episcopal italiana).

El testimonio de fe de tantos misioneros —sacerdotes, religiosos, religiosas, fidei donum y laicos— diseminados en los cinco continentes, sigue siendo el signo tangible de un compromiso constante de la Iglesia por la causa del Reino. Compromiso que encuentra conforto también en las estadísticas difundidas para la ocasión por la agencia Fides, de las cuales emerge que al 31 de diciembre de 2011 (último dato disponible) el número de católicos en el mundo aumentó globalmente 17.920.000 unidades, de manera constante, es decir, respecto al año anterior (+0,04%) con incrementos en África (+ 0,35), Asia (+ 0,03) y Oceanía (+0,1), mientras que leves disminuciones se refieren a América (-0,09) y Europa (-0,02).

Fuente: http://www.news.va/es/news/por-los-caminos-del-mundo-con-una-buena-noticia

 Basilica Nuestra Señora de Itati (Corrientes. Argentina)

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viernes, 18 de octubre de 2013

Mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial de las Misiones 2013




En la Argentina se celebrará el 12 y 13 de octubre bajo el lema "Vas, enviás o ayudás a enviar", en el resto del mundo se conmemorará el 20 de octubre



Mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial de las Misiones 2013
Queridos hermanos y hermanas:

Este año celebramos la Jornada Mundial de las Misiones mientras se clausura el Año de la fe, ocasión importante para fortalecer nuestra amistad con el Señor y nuestro camino como Iglesia que anuncia el Evangelio con valentía. En esta prospectiva, querría plantear algunas reflexiones.

1. La fe es un don precioso de Dios, el cual abre nuestra mente para que lo podamos conocer y amar, Él quiere relacionarse con nosotros para hacernos participes de su misma vida y hacer que la nuestra esté más llena de significado, que sea más buena, más bella. ¡Dios nos ama! Pero la fe, necesita ser acogida, es decir, necesita nuestra respuesta personal, el coraje de poner nuestra confianza en Dios, de vivir su amor, agradecidos por su infinita misericordia. Es un don que no se reserva sólo a unos pocos, sino que se ofrece a todos generosamente. ¡Todo el mundo debería poder experimentar la alegría de ser amados por Dios, el gozo de la salvación! Y es un don que no se puede conservar para uno mismo, sino que debe ser compartido. Si queremos guardarlo sólo para nosotros mismos, nos convertiremos en cristianos aislados, estériles y enfermos. El anuncio del Evangelio es parte del ser discípulos de Cristo y es un compromiso constante que anima toda la vida de la Iglesia.

«El impulso misionero es una señal clara de la madurez de una comunidad eclesial» (Benedicto XVI, Exhort. ap. Verbum Domini, 95). Toda comunidad es “adulta”, cuando profesa la fe, la celebra con alegría en la liturgia, vive la caridad y proclama la Palabra de Dios sin descanso, saliendo del propio ambiente para llevarla también a los “suburbios”, especialmente a aquellos que aún no han tenido la oportunidad de conocer a Cristo. La fuerza de nuestra fe, a nivel personal y comunitario, también se mide por la capacidad de comunicarla a los demás, de difundirla, de vivirla en la caridad, de dar testimonio a las personas que encontramos y que comparten con nosotros el camino de la vida.

2. El Año de la fe, a cincuenta años de distancia del inicio del Concilio Vaticano II, es un estímulo para que toda la Iglesia reciba una conciencia renovada de su presencia en el mundo contemporáneo, de su misión entre los pueblos y las naciones.

La misionariedad no es sólo una cuestión de territorios geográficos, sino de pueblos, de culturas e individuos independientes, precisamente porque los “límites” de la fe no sólo atraviesan lugares y tradiciones humanas, sino el corazón de cada hombre y cada mujer. El Concilio Vaticano II destacó de manera especial como la tarea misionera, la tarea de ampliar los límites de la fe es un compromiso de todo bautizado y de todas las comunidades cristianas: «Viviendo el Pueblo de Dios en comunidades, sobre todo diocesanas y parroquiales, en las que de algún modo se hace visible, a ellas pertenece también dar testimonio de Cristo delante de las gentes» (Decr. Ad gentes, 37). Por tanto, se pide y se invita a toda comunidad a hacer propio el mandato confiado por Jesús a los Apóstoles de ser sus «testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra» (Hch 1,8), no como un aspecto secundario de la vida cristiana, sino como un aspecto esencial: todos somos enviados por los senderos del mundo para caminar con nuestros hermanos, profesando y dando testimonio de nuestra fe en Cristo y convirtiéndonos en anunciadores de su Evangelio. Invito a los Obispos, a los Sacerdotes, a los Consejos presbiterales y pastorales, a cada persona y grupo responsable en la Iglesia a dar relieve a la dimensión misionera en los programas pastorales y formativos, sintiendo que el propio compromiso apostólico no está completo si no contiene el propósito de “dar testimonio de Cristo ante las naciones”, ante todos los pueblos. La misionariedad no es sólo una dimensión programática en la vida cristiana, sino también una dimensión paradigmática que afecta a todos los aspectos de la vida cristiana.

3. A menudo, la obra de evangelización encuentra obstáculos no sólo fuera, sino dentro de la comunidad eclesial. A veces el fervor, la alegría, el coraje, la esperanza en anunciar a todos el mensaje de Cristo y ayudar a la gente de nuestro tiempo a encontrarlo son débiles; en ocasiones todavía se piensa que llevar la verdad del Evangelio es violentar la libertad. Pablo VI usa palabras iluminadoras al respecto: «Sería... un error imponer cualquier cosa a la conciencia de nuestros hermanos. Pero proponer a esa conciencia la verdad evangélica y la salvación ofrecida por Jesucristo, con plena claridad y con absoluto respeto hacia las opciones libres que luego pueda hacer... es un homenaje a esta libertad» (Exhort, Ap. Evangelii nuntiandi, 80). Siempre debemos tener el valor y la alegría de proponer, con respeto, el encuentro con Cristo, de hacernos heraldos de su Evangelio, Jesús ha venido entre nosotros para mostrarnos el camino de la salvación, y nos ha confiado la misión de darlo a conocer a todos, hasta los confines de la tierra. Con frecuencia vemos que son la violencia, la mentira, el error las cosas que destacan y se proponen. Es urgente hacer que resplandezca en nuestro tiempo la vida buena del Evangelio con el anuncio y el testimonio, y esto desde el interior mismo de la Iglesia. Porque, en esta perspectiva, es importante no olvidar un principio fundamental de todo evangelizador: no se puede anunciar a Cristo sin la Iglesia. Evangelizar nunca es un acto aislado, individual, privado, sino que es siempre eclesial. Pablo VI escribía que «Cuando el más humilde predicador, catequista o Pastor, en el lugar más apartado, predica el Evangelio, reúne su pequeña comunidad o administra un sacramento, aun cuando se encuentra solo, ejerce un acto de Iglesia», Este no actúa «por una misión que él se atribuye o por inspiración personal, sino en unión con la misión de la Iglesia y en su nombre» (Exhort, ap. Evangelii nuntiandi, 60).Y esto da fuerza a la misión y hace sentir a cada misionero y evangelizador que nunca está solo, que forma parte de un solo Cuerpo animado por el Espíritu Santo.

4. En nuestra época, la movilidad general y la facilidad de comunicación a través de los nuevos medios de comunicación han mezclado entre sí los pueblos, el conocimiento, las experiencias. Por motivos de trabajo familias enteras se trasladan de un continente a otro; los intercambios profesionales y culturales, así como el turismo y otros fenómenos análogos empujan a un gran movimiento de personas. A veces es difícil, incluso para las comunidades parroquiales, conocer de forma segura y profunda a quienes están de paso o a quienes viven de forma permanente en el territorio. Además, en áreas cada vez más grandes de las regiones tradicionalmente cristianas crece el número de los que son ajenos a la fe, indiferentes a la dimensión religiosa o animados por otras creencias. Por tanto, no es raro que algunos bautizados escojan estilos de vida que les alejan de la fe, convirtiéndolos en necesitados de una “nueva evangelización”.A esto se suma el hecho de que a una gran parte de la humanidad todavía no le ha llegado la buena noticia de Jesucristo. Y que vivimos en una época de crisis que afecta a muchas áreas de la vida, no sólo la economía, las finanzas, la seguridad alimentaria, el medio ambiente, sino también la del sentido profundo de la vida y los valores fundamentales que la animan. La convivencia humana está marcada por tensiones y conflictos que causan inseguridad y fatiga para encontrar el camino hacia una paz estable. En esta situación tan compleja, donde el horizonte del presente y del futuro parece estar cubierto por nubes amenazantes, se hace aún más urgente el llevar con valentía a todas las realidades, el Evangelio de Cristo, que es anuncio de esperanza, reconciliación, comunión, anuncio de la cercanía de Dios, de su misericordia, de su salvación, anuncio de que el poder del amor de Dios es capaz de vencer las tinieblas del mal y conducir hacia el camino del bien.

El hombre de nuestro tiempo necesita una luz fuerte que ilumine su camino y que sólo el encuentro con Cristo puede darle. ¡Traigamos a este mundo, a través de nuestro testimonio, con amor, la esperanza donada por la fe! La naturaleza misionera de la Iglesia no es proselitista, sino testimonio de vida que ilumina el camino, que trae esperanza y amor.

La Iglesia -lo repito una vez más- no es una organización asistencial, una empresa, una ONG, sino que es una comunidad de personas, animadas por la acción del Espíritu Santo, que han vivido y viven la maravilla del encuentro con Jesucristo y desean compartir esta experiencia de profunda alegría, compartir el mensaje de salvación que el Señor nos ha dado. Es el Espíritu Santo quién guía a la Iglesia en este camino.

5. Quisiera animar a todos a ser portadores de la buena noticia de Cristo y estoy agradecido especialmente a los misioneros y misioneras, a los presbíteros fidei donum, a los religiosos y religiosas y a los fieles laicos -cada vez más numerosos- que, acogiendo la llamada del Señor, dejan su patria para servir al Evangelio en tierras y culturas diferentes de las suyas. Pero también me gustaría subrayar que las mismas iglesias jóvenes están trabajando generosamente en el envío de misioneros a las iglesias que se encuentran en dificultad -no es raro que se trate de Iglesias de antigua cristiandad- llevando la frescura y el entusiasmo con que estas viven la fe que renueva la vida y dona esperanza. Vivir en este aliento universal, respondiendo al mandato de Jesús «Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones» (Mt. 28, 19) es una riqueza para cada una de las iglesias particulares, para cada comunidad, y donar misioneros y misioneras nunca es una pérdida sino una ganancia. Hago un llamamiento a todos aquellos que sienten la llamada a responder con generosidad a la voz del Espíritu Santo, según su estado de vida, y a no tener miedo de ser generosos con el Señor. Invito también a los obispos, las familias religiosas, las comunidades y todas las agregaciones cristianas a sostener, con visión de futuro y discernimiento atento, la llamada misionera ad gentes y a ayudar a las iglesias que necesitan sacerdotes, religiosos y religiosas y laicos para fortalecer la comunidad cristiana. Y esta atención debe estar también presente entre las iglesias que forman parte de una misma Conferencia Episcopal o de una Región: es importante que las iglesias más ricas en vocaciones ayuden con generosidad a las que sufren de escasez. Al mismo tiempo exhorto a los misioneros y a las misioneras, especialmente los sacerdotes fidei donum y a los laicos, a vivir con alegría su precioso servicio en las iglesias a las que son destinados, y a llevar su alegría y su experiencia a las iglesias de las que proceden, recordando cómo Pablo y Bernabé, al final de su primer viaje misionero «contaron todo lo que Dios había hecho a través de ellos y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles» (Hechos 14:27). Ellos pueden llegar a ser un camino hacia una especie de “restitución” de la fe, llevando la frescura de las Iglesias jóvenes, de modo que las Iglesias de antigua cristiandad redescubran el entusiasmo y la alegría de compartir la fe en un intercambio que enriquece mutuamente en el camino de seguimiento del Señor.

La solicitud por todas las Iglesias, que el Obispo de Roma comparte con sus hermanos en el episcopado, encuentra una actuación importante en el compromiso de las Obras Misionales Pontificias, que tienen como propósito animar y profundizar la conciencia misionera de cada bautizado y de cada comunidad, ya sea llamando a la necesidad de una formación misionera más profunda de todo el Pueblo de Dios, ya sea alimentando la sensibilidad de las comunidades cristianas a ofrecer su ayuda para favorecer la difusión del Evangelio en el mundo.

Por último, dirijo un pensamiento a los cristianos que, en diversas partes del mundo, se encuentran en dificultades para profesar abiertamente su fe y ver reconocido el derecho a vivirla con dignidad. Ellos son nuestros hermanos y hermanas, testigos valientes - aún más numerosos que los mártires de los primeros siglos - que soportan con perseverancia apostólica las diversas formas de persecución actuales. Muchos también arriesgan su vida para permanecer fieles al Evangelio de Cristo. Deseo asegurarles que me siento cercano en la oración a las personas, a las familias y a las comunidades que sufren violencia e intolerancia y les repito las palabras consoladoras de Jesús: «Confiad, yo he vencido al mundo» (Jn 16,33).

Benedicto XVI exhortaba: «Que la Palabra del Señor siga avanzando y sea glorificada» (2 Ts 3, 1): que este Año de la fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, el Señor, pues sólo en él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero» (Carta Ap. Porta fidei, 15). Este es mi deseo para la JOrnada Mundial de las Misiones de este año. Bendigo de corazón a los misioneros y misioneras y a todos los que acompañan y apoyan este compromiso fundamental de la Iglesia para que el anuncio del Evangelio pueda resonar en todos los rincones de la tierra, y nosotros, ministros del Evangelio y misioneros, experimentaremos “la dulce y confortadora alegría de evangelizar” (Pablo VI, Exhort. Ap. Evangelii nuntiandi, 80).

Vaticano, 19 de mayo de 2013, Solemnidad de Pentecostés



lunes, 16 de septiembre de 2013

Beato Cura Brochero de Argentina


En la Villa Cura Brochero, en Córdoba (Argentina), fue beatificado el Padre José Gabriel del Rosario Brochero, conocido como el Cura Brochero, en unaMisa multitudinaria presidida por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y enviado del Papa Francisco.

En la ceremonia se estima que participaron 200 mil personas, 60 Obispos y 1,200 sacerdotes.


En el decreto de beatificación, firmado por el Papa Francisco y leído por el Cardenal Amato, se lee: “Concedemos que el venerable siervo José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote diocesano, pastor según el corazón de Cristo, fiel ministro del evangelio, testigo del amor de Cristo a los pobres, sea llamado beato de ahora en adelante”.

La fiesta litúrgica establecida por el Papa para el Cura Brochero será el 16 de marzo.

Durante la ceremonia se leyó una carta del Santo Padre, quien destacó la figura del sacerdote, un “pastor con olor a ovejas” y un pionero de la evangelización en las “periferias existenciales”, haciéndose “pobre entre los pobres”.

En su homilía, el Cardenal Amato destacó que en el dectreto de beatificación figuran los “rasgos esenciales que retratan a este héroe cristiano, sembrador a manos llenas en estas tierras. Su beatificación es un acontecimiento de suma relevancia tanto social como religiosa”.

“Verdadero bienhechor del pueblo argentino, promovió el progreso de la sociedad y el bienestar de la comunidad. Trabajó a favor de la dignificación de la personas humana provenían de su santidad, un rasgos que todo reconocía en el ya en vida”.


El Cardenal Amato también subrayó que el trabajo del ahora Beato “en pos de la dignificación de la persona humana provenía de su santidad, un rasgos que todos reconocía en él ya en vida”.

“¿Quién era este sacerdote y qué fue lo que hizo para ser tan querido y venerado?”, preguntó, señalando luego que “la respuesta es simple: fue un sacerdote completamente dedicado a las almas, todo lo que hizo tuvo como horizonte al hombre y sobre todo de los más necesitados”.

“Se transformó en un difusor del reino de Dios y abanderado de Cristo”, indicó, y sostuvo que difundió los ejercicios espirituales, a los que movilizaba a multitudes, porque estaba “convencido de su eficacia como instrumento para comunicar la luz de la libertad divina y que triunfo de la gracia, aún en los más rebeldes”.

La caridad pastoral del Cura Brochero “generaba comunión era un pastor para todos sus predilectos los enfermos, los pequeños, los pobres”.

Al concluir, el Cardenal exhortó a los sacerdotes a imitar al Cura Brochero y no olvidarse de ser generosos y ejercer el ministerio sacerdotal con serenidad y alegría.

“La presente beatificación es sólo un comienzo para conocer al Cura Brochero, este sacerdote santo, sigamos imitándolo y pidiendo por las necesidades espirituales y materiales”, dijo.

Al final de la ceremonia, el niño Nicolás Flores, quien recibió el milagro que permitió la beatificación del “cura gaucho”, junto a sus padres acercó al altar las reliquias del Beato.

El Cura Brochero fue declarado venerable en febrero de 2004 por Juan Pablo II. El 20 de diciembre de 2012, Benedicto XVI firmó el decreto que reconocía el milagro atribuido a la intercesión de Brochero.

Este milagro consistió en la recuperación sin explicación médica de un niño con pronóstico de “vida vegetativa” y problemas neurológicos severos tras sufrir un grave accidente vial.Fuente:http://www.aciprensa.com/noticias/proclaman-beato-al-cura-brochero-en-argentina-37831/#.UjfmEtJWySo

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Les compartimos dos paginas, una de la Arquediócesis de Córdoba con testimonios de este gran evento para nuestra Iglesia: http://www.arzobispadocba.org.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=890:testimonios&catid=98:cura-brochero&Itemid=147


Y la otra pagina de donde nos enriquecemos con muchisimo material LITÚRGICO: http://veritasl.blogspot.com.ar/2013/09/reeducar-nuestra-fe.html

Como podes ayudarnos...

Lo que nace del corazón y se vuelca en la oración hace que toda obra del Señor crezca. Junto a vos queremos hacernos comunión en el amor de Dios.
Contamos con tus oraciones y tu colaboración para seguir llevando nuestro testimonio al mundo!!




  1. Catecismo: 1648 Puede parecer difícil, incluso imposible, atarse para toda la vida a un ser humano. Por ello es tanto más importante anunciar la buena nueva de que Dios nos ama con un amor definitivo e irrevocable, de que los esposos participan de este amor, que les conforta y mantiene, y de que por su fidelidad se convierten en testigos del amor fiel de Dios. Los esposos que, con la gracia de Dios, dan este testimonio, con frecuencia en condiciones muy difíciles, merecen la gratitud y el apoyo de la comunidad eclesial (cf FC 20).
Papa Francisco: la misión es necesaria




El material de evangelización que ofrecemos es absolutamente gratuito.

Via mail:

                                            battellocristian@gmail.com

 Teléfono: +54 (0351)56287213) 




martes, 27 de agosto de 2013

Beatificación del Padre José Gabriel Brochero

EL 14 DE SETIEMBRE 2013 ESTAREMOS PRESENTE EN SU BEATIFICACIÓN...


Breve Biografia Vida y Obra

Nació en los aledaños de Santa Rosa de Río Primero (Córdoba) el 16 de marzo de 1840. Era el cuarto de diez hermanos, que vivían de las tareas rurales de su padre. Creció en el seno de una familia de profunda vida cristiana. Dos de sus hermanas fueron religiosas del Huerto. Habiendo ingresado al Colegio Seminario Ntra. Sra. de Loreto el 5 de marzo de 1856, fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866. Como ayudante de las tareas pastorales de la Catedral de Córdoba, desempeñó su ministerio sacerdotal durante la epidemia de cólera que desbastó a la ciudad. Siendo Prefecto de Estudios del Seminario Mayor, obtuvo el título de Maestro en filosofía por la Universidad de Córdoba. A fines de 1869 asumió el extenso Curato de San Alberto de 4.336 kilómetros cuadrados. Con poco más de 10.000 habitantes que vivían en lugares distantes sin caminos y sin escuelas. Incomunicados por las Sierras Grandes de más de 2.000 metros de altura. El estado moral y la indigencia material de sus habitantes eran lamentables. El corazón apostólico de Brochero no se desanima, sino que desde ese momento dedicara su vida toda no sólo a llevar el Evangelio sino a educar y promocionar a sus habitantes. Al año siguiente de llegar, comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba, para hacer los Ejercicios Espirituales. Recorrer los 200 kilómetros requería tres días a lomo de mula, en caravanas que muchas veces superaban las quinientas personas. Más de una vez fueron sorprendidos por fuertes tormentas de nieve. Al regresar, luego de nueve días de silencio, oración y penitencia sus feligreses iban cambiando de vida, siguiendo el Evangelio y buscando el desarrollo económico de la zona. En 1875, con la ayuda de sus feligreses, comenzó la construcción de la Casa de Ejercicios de la entonces Villa del Transito (localidad que hoy lleva su nombre). Fue inaugurada en 1877 con tandas que superaron las 700 personas, pasando por la misma, durante el ministerio parroquial del Siervo de Dios, más 40.000 personas. Para complemento construyó la casa para las religiosas, el Colegio de niñas y la residencia para los sacerdotes. Con sus feligreses construyó más de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias, fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos. Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a sus queridos serranos de la pobreza en que se encuentran. "abandonados de todos pero no por Dios", como solía repetir. Predicó el Evangelio asumiendo el lenguaje de sus feligreses para hacerlo comprensible a sus oyentes. Celebró los sacramentos, llevando siempre lo necesario para la Misa en las ancas de su mula. Ningún enfermo quedaba sin los sacramentos, para lo cual ni la lluvia ni el frío lo detenían. "Ya el diablo me va a robar un alma", decía. Se entregó por entero a todos, especialmente a los pobres y alejados, a quienes buscó solicitadamente para acercarlos a Dios. Pocos días después de su muerte, el diario católico de Córdoba escribe: "Es sabido que el Cura Brochero contrajo la enfermedad que lo ha llevado a la tumba, porque visitaba largo y hasta abrazaba a un leproso abandonado por ahí". Debido a su enfermedad, renunció al Curato, viviendo unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero respondiendo a la solicitud de sus antiguos feligreses, regresó a su casa de Villa del Tránsito, muriendo leproso y ciego el 26 de enero de 1914.

miércoles, 7 de agosto de 2013

JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD "JMJ 2013 RIO DE JANEIRO"

ALGO GRANDE VENDRA...


Con el Sacramento del Matrimonio ir contracorriente de todo, nosotros la Familia Misionera Totus Tuus fuimos a vivir la JMJ y te daremos testimonio de esta experiencia llena de fe...


Fecha de partida 14 de Julio 22hs.Cordoba Corrientes Itati-Brasil Aparecida y Rio de Janeiro
 Desde Cordoba a Corrientes a la Fiesta de Nuestra Señora de Itati 
16 de Julio



Oración a Nuestra Señora de Itatí.- Tiernísima Madre de Dios y de los hombres que, bajo la advocación de la pura y limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí, miraste con ojos de misericordia por más de cuatro siglos a todos los que te han implorado, no deseches ahora las súplicas de este hijo que humildemente recurre a ti. Atiende mis necesidades, que tú mejor que yo las conoces. Y sobre todo, Madre mía, concédeme un gran amor a tu divino Hijo Jesús, y un corazón puro, humilde y prudente, paciencia en la vida, fortaleza en las tentaciones y consuelo en la muerte. Así sea.

(Aprobada por Monseñor Luis María Niella

el 29 de junio de 1911)

En este humilde vídeo compartimos la bella procesión que se realizo y que conmovió nuestros corazones.




Desde aquí fue muy difícil retomar viaje, fueron muchísimas gracias recibidas, la fuerza y el amor nos impulso a seguir, el 17 de Julio 21hs. próxima parada las ruinas de San Ignacio en Misiones...

La experiencia de recorrer estas ruinas deja en nuestros corazones ese gran llamado que tuvieron dos Jesuitas y el compromiso de laicos que acompañaron junto a las tribus a vivir una vida centrada en Cristo y Maria..



BRASIL...


CONTINUARA.......

GRACIAS POR ACOMPAÑARNOS, IREMOS DE A POCO SUBIENDO NUESTRO TESTIMONIO Y EXPERIENCIA  ACTUALIZANDO CON VIDEOS Y FOTOS ESTE MARAVILLOSO CAMINO DE FE  A LA JMJ, SOMOS MISIONEROS,  NUESTRA VIRGEN MARÍA NOS GUÍA POR EL CAMINO SEGURO A.... SU HIJO JESUCRISTO.!

Domingo 11 en la celebración de las 19hs Parroquia "Santa Ines" luego testimonio de nuestro viaje

domingo, 23 de junio de 2013

EL SANTO PADRE NOS HA CONVOCADO... JMJ RIO 2013

TRADUCCION DE LA PORTADA: É Jesus que nos chama e nos envia. E nós temos a alegria de ter respondido o seu chamado....
Somos a família missionária Totus Tuus, uma família católica.
Nossa paixão tem um nome: Jesus Cristo. "Porque ao buscá-lo dia a dia, Ele vem ao nosso encontro.
O encontramos em exames de consciência cada vez mais profundos, na confissão frequente, na reza do Rosário da Santíssima Virgem, nas missas de cada Domingo e nas missas diárias quando estas são possíveis. Porém, fundalmentalmente O encontramos na Comunhão Eucarística, alimento espiritual de onde recebemos toda a força.
Aqui estamos para dar testemunho do seu amor, que se derrama em nós y na nossa missão através da graça do sacramento do matrimônio.


Creemos, en fin, en todo aquello que nos enseña la Santa Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica.
Por eso nos sometemos filialmente a la divina Autoridad del Santísimo Padre Francisco, y a la de aquel que sea su legítimo Sucesor en la Sede de Pedro, como así también a la de los obispos y sacerdotes que estén en plena comunión con el Papa.


JMJ: Un sueño del Corazón de Dios

Todo comenzó con un encuentro promovido por el Papa Juan Pablo II en 1984.Fue un encuentro de amor, soñado por Dios y abrazado por los jóvenes.
Voces que necesitaban ser escuchadas y un corazón listo para acogerlas.
La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), como fue denominada a partir de 1985, continúa a mostrar al mundo el testimonio de una fe viva, transformadora y a mostrar el rostro de Cristo en cada joven.
Son ellos, los jóvenes, los protagonistas de este gran encuentro de fe, esperanza e unidad. A JMJ tiene como objetivo principal dar a conocer a todos los jóvenes del mundo el mensaje de Cristo, pero es verdad también que atreves de ellos, el ¨rostro¨ joven de Cristo se muestra al mundo.
La Jornada Mundial de la Juventud, que se realiza anualmente en las diócesis de todo el mundo, ofrece a cada 2 o 3 años un encuentro internacional de los jóvenes con el papa, que dura aproximadamente una semana. La última edición internacional de la JMJ fue realizada en agosto de 2011, en la ciudad de Madrid, en España, y reunió más de 190 países.
La XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud será realizada del 23 al 28 de julio del 2013 en la ciudad de Rio de Janeiro y tiene como lema ¨Id y haced discípulos entre todas las naciones¨ (Mt 28, 19).
Las JMJs tienen su origen en grandes encuentros con los jóvenes celebrados por el Papa Juan Pablo II en Roma. El Encuentro Internacional de la Juventud, por ocasión del Año Santo de la Redención pasó en 1984, en la plaza de San Pedro, en el Vaticano. Fue allá que el Papa entrego a los jóvenes la cruz que se tornaría uno de los principales símbolos de la JMJ, conocida como la cruz de la jornada.
El año siguiente, 1985, fue declarado Año Internacional de la Juventud por las Naciones Unidas. En marzo 
hubo otro encuentro internacional de los jóvenes en el Vaticano e en el mismo año el Papa anuncio la institución de la Jornada Mundial de la Juventud.
La primera fue diocesana, en Roma, en el año de 1986.Seguido por los encuentros mundiales: En Buenos Aires(Argentina-1987) – con la participación de 1 millón de jóvenes; en Santiago de Compostela(España-1989)-600 mil ; en Czestochowa(Polonia-1991)-1,5 millones; Denver(Estados Unidos-1993)-500 mil; en Manila(Filipinas-1995)-4 millones; en Paris(Francia-1997)-1 millón; en Roma(Italia-2000)-2 millones; en Toronto(Canada-2002)-800 mil ; en Colonia(Alemania-2005)-1 millón ; en Sídney(Australia-2008)-500 mil; y en Madrid(España-2011)-2 millones.
Más allá del hecho de estar en otros países, con sus encantos turísticos, la participación en la Jornada 
requiere un cuerpo preparado para la peregrinación y un corazón abierto para las maravillas que Dios tiene reservado para cada uno. Son catequesis, testimonios, acciones, ejemplos de amor al prójimo y a la iglesia, festivales de música e actividades culturales. Al final, un encuentro de corazones que creen movidos por la misma esperanza de que la fraternidad en la diversidad es posible.

Fuente: http://www.rio2013.com/es/la-jornada/jmj-un-sueno-del-corazon-de-dios

EN ESTA MISIÓN TAMBIÉN SUMAMOS EN NUESTRA INTENCIÓN A NAHUEL POR SU SALUD Y SU FAMILIA MIEMBROS DE RODANTEANDO.

lunes, 17 de junio de 2013

"Id y haced discípulos a todos los pueblos" JMJ Rio 2013

Nosotros la FAMILIA MISIONERA TOTUS TUUS nos sumamos...

“Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá, porque todo el que  pide recibe, el que busca encuentra y al que llama se le abre"



Lema Jornada Mundial de la Juventud:
  "Id y haced discípulos a todos los pueblos"(cf. Mt 28, 19)

NUESTRO PROXIMO GRAN DESAFIO LA JMJ...
Compartimos este reportaje que nos hicieron y sentimos que fue una bendición para cumplir este gran desafio...


http://www.periodicoencuentro.org.ar/index.php/publicaciones/actualidad/los-battello-una-familia-misionera/


EN ESTA MISIÓN TAMBIÉN SUMAMOS EN NUESTRA INTENCIÓN A NAHUEL POR SU SALUD Y SU FAMILIA MIEMBROS DE RODANTEANDO.
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LA CURIA ROMANA
En el ejercicio supremo, pleno e inmediato de su poder sobre toda la Iglesia, el Romano Pontífice se sirve de los dicasterios de la Curia Romana, que, en consecuencia, realizan su labor en su nombre y bajo su autoridad, para bien de las Iglesias y servicio de los sagrados pastores. 
CHRISTUS DOMINUS, 9

PONTIFICIUM OPUS A SANCTA INFANTIA

NUESTRA
ESPIRITUALIDAD MISIONERA

INTRODUCCION

Qué somos, cómo hemos de vivir y qué misión hemos de realizar ?. Cuáles caminos y medios podríamos aprovechar para crecer personal y comunitariamente según la voluntad de Dios ?.

Para encontrar respuesta a estos interrogantes, en un primer momento, profundizamos sobre la propuesta espiritual de Jesús y la forma como la comprendieron y la vivieron los Apóstoles y la Iglesia, desde las primeras comunidades cristianas. Después, interiorizamos vivencialmente en la Escuela de Amor de Jesús y el proceso que vivieron los Apóstoles en su crecimiento espiritual. Finalmente, hacemos un discernimiento sobre los caminos y medios para vivir nuestra espiritualidad misionera.

Así analizamos la acción de Dios Espíritu Santo en el proceso de nuestra vida , porque en ella está la fuente de nuestra renovación personal y la fuerza para nuestra misión.

Las fuentes para nuestra reflexión son la Palabra de Dios, la Tradición de la Iglesia, la experiencia espiritual de los santos, los documentos misioneros recientes ( sobre todo, el capítulo VIII de la Redemptoris Missio ) , haciendo referencia concreta a las circunstancias concretas de la Iglesia y a las nuestras.



1. ENVIADOS A DAR MUCHO FRUTO

Cuando Jesús explica que El es la vid y nosotros los sarmientos (Jn 15) nos quiere hacer comprender varias realidades importantes: Cómo ha de ser la unión del cristiano con El, cómo ha de vivir su comunión con sus hermanos en la Iglesia y cómo ha de colaborar con El para producir fruto.


Todo ha de estar centrado en El, como la rama está en el tronco y recíbe allí la vida; todo depende de Jesús y ha de estar en función de El; permaneciendo en su amor, viviendo con El. El es la fuente de vida.


Jesús muestra que todo está unido, es un solo árbol y las partes viven en comunión. Así, los cristianos hemos de permanecer en su amor para poder vivir unidos a los demás. Jesús pide: que nos amemos unos a otros, que vivamos en unidad para que el mundo crea (Jn 17, 21 ss).


El Señor dijo que la vid está para producir uvas, y cada persona para producir frutos: os he elegido para que vayáis y déis fruto y vuestro fruto permanezca ( Jn 15,16 ). Cada persona, cada comunidad es para la misión, para comunicar lo que ha recibido, para producir frutos; y con esos frutos, hacerse semilla para que otros vivan y den frutos. Jesús es el centro, el modelo para ese estilo que hemos de tener todos los cristianos. El es el motor, el camino, de El depende que se consiga vivir, crecer y dar fruto: "sin mi nada podéis hacer, permaneced en mi amor"( Jn 15,10 ).

¿Cómo entendieron esto los Apóstoles? ¿Cómo lo vivieron las Comunidades Cristianas?

Los Apóstoles escucharon la llamada de Jesús y la respondieron decididamente, de manera inmediata y con una entrega completa. Comprendieron que habían sido llamados a compartir su vida con El. Por eso, poco a poco, se quedaron a vivir con El. Aprendieron lo que Jesús les enseñaba con su vida y con sus palabras. En la medida en que conocían y amaban a Jesús, lograban unirse y comprenderse con los demás Apóstoles. Fué una magnífica experiencia de amistad y de ayuda fraterna la que vivieron ellos en torno a Jesús. Y, conforme a la llamada, progresivamente fueron enviados como pescadores de hombres, enviados del Señor, anunciadores de su Reino. En ello pasaron el resto de sus años, hasta dar la vida completamente como Jesús y por El, en el cumplimiento de su misión.

Las primeras comunidades cristianas (cf. Hch 4,32) estaban centradas en Jesús: escuchaban su Palabra, se encontraban con El y se esforzaban en seguirlo. Ellos se esforzaban en vivir la comunión fraterna con expresiones muy concretas, hasta el punto de que lo que buscaban era tener un solo corazón y una sola alma (Hch 2,42); muchas de esas comunidades llegaron a tener expresiones verdaderamente cristianas en el compartir de bienes y en la comunión fraterna hasta convertirse en un signo evangelizador leído por otras personas que decían de esos cristianos: mirad cómo se aman.. Esos cristianos fueron los que hicieron que el Evangelio se extendiera desde Jerusalén y fuera a Samaría y a muchas otras partes. Varias familias que estaban viviendo el cristianismo salieron a dar testimonio del Evangelio. Esa comunión fraterna les sirvió para evangelizar. Las comunidades cristianas, desde el principio, entendieron que habían sido enviadas a evangelizar a todas las gentes y, por eso, no se quedaron en Jerusalén sino que salieron como enviados a comunicar la fe. Fueron perseguidos y eso mismo los impulsó a dar toda su vida por Jesucristo , en el cumplimiento de su misión.

En la Iglesia, a través de la historia, muchísimas personas y comunidades cristianas han vivido ese mismo estilo de vida y han cumplido su misión . Por eso se han llamado "cristianos". Nos convendrá conocer e imitar las "figuras misioneras" de todos los tiempos. En ellas nos sigue interpelando Jesús a dar nuestra propia respuesta misionera con una generosidad completa.



2. VIVIR SU ESCUELA DE AMOR

Cuáles son los pasos que Jesús nos ayuda a dar para ser auténticos misioneros ?

Jesús , por el Espíritu Santo, en su Escuela de Amor, nos enseña y ayuda progresivamente a:


Vivir con El: Lo cual implica unirse a El cada día más, vivir una amistad más profunda todos los días con El. Es el fundamento de toda la vida espiritual y la fuente para todo nuestro crecimiento. Para ello El nos nos dice "ven" y nos declara sus amigos ( Jn 15,14 ).



Vivir como El: El " sígueme " indica el camino de configuración con el Maestro, implica aprender de Jesús todo y asumir su estilo de vida, hacer un contínuo proceso de configuración con El. Nos anonadamos y asumimos su propio estilo de entrega, de servicio y de comunión con el Padre. Asumimos sus sentimientos, sus actitudes y nos asemejamos en todo a Jesús de tal forma que nos convertimos cada día en sus imágenes vivas. Jesús quiere que nosotros seamos signos permanentes de su presencia y de su amor. Esa es la condición para que podamos ser testigos suyos. El, como el más comprensivo de los amigos, sabe ayudarnos para que asumamos su vida nueva y la vivamos en nosotros.



Unirnos en El: Porque el seguimiento de Jesús se hace en Iglesia. La fe se vive compartiéndola y proyectándola. Por ello, es en Jesús en quien nos conocemos a nosotros mismos y conocemos mejor a nuestros hermanos. Es en El en quien podemos amarnos, integrarnos y proyectarnos misioneramente. Los Apóstoles y nosotros estamos llamados a unirnos en Jesús, con su amor, para ser uno y para que el mundo crea ( Jn 17, 21 ).



"Ir" con El, en su nombre y con su poder. Se trata de " ir " ( Mt 28, 19 ) como enviados suyos. El nos acompaña y nosotros a El, somos sus colaboradores y ayudantes. Ser misionero implica dar los pasos que el Señor quiera, en la dirección que quiera, con las personas que El quiera, hasta donde El quiera, para lo que El quiera. Por otra parte, Jesús espera que nosotros vayamos en su nombre, a mostrarlo a El y a llevar lo suyo a nuestros hermanos. No se trata de mostrarnos a nosotros mismos ni de dar lo nuestro, sino de darnos y dar a Jesús. Por ello, es muy necesario entrar en comunión con Jesús antes de ir hacia nuestros hermanos. Así podemos ir con su poder y El hará que nuestra palabra y nuestro servicio tenga mucho fruto.



Dar la vida con El y como El: Hemos sido enviados a evangelizar, a hacer discípulos ( Mt 28, 19) para Jesús. El no busca ser servido sino servir y dar la vida en rescate por todos ( Mt 20, 28). Cada día , aprendemos a dar la vida sirviendo a los demás en cumplimiento de nuestra misión. El ideal y la meta es la de ayudar a Jesús para que su Reino crezca en nosotros y en el mundo. Por eso, hemos de estar dispuestos a todo, con la fuerza del Espíritu Santo . Dar la vida, con Jesús , como El y por El, será la garantía para que tenga fruto nuestra misión. El grano de trigo si se siembra y muere da mucho fruto (Cf. Jn 12, 24 ), nuevas semillas misioneras.



3. CAMINOS Y MEDIOS PARA VIVIR NUESTRA ESPIRITUALIDAD MISIONERA

Cada uno de nosotros, cuáles pasos podríamos dar ahora en nuestra escuela de amor con Jesús ? Qué estilo de vida, cuál espiritualidad asumir ? Como realizar nuestra identidad personal en la comunidad eclesial concreta y en la misión que realizamos ? Reflexionemos juntos para encontrar respuestas a estor interrogantes vitales.

La "espiritualidad es el conjunto de caminos y medios propios para vivir según el Espíritu, o sea, para colaborar a la obra de santificación que el Espíritu se propone realizar en nosotros y en el mundo.

La espiritualidad cristiana :


hace referencia a la obra del Espíritu Santo en nosotros,


indica "caminar según el Espíritu" (Rom 8,4.9), bajo su acción renovadora ,


vivir una vida "espiritual", en la cual conseguimos una renovación contínua.


Vivir el "estilo" de vida "cristiano", como El, dejando que el Espíritu Santo nos configure progresivamente a El.

La ESPIRITUALIDAD MISIONERA es:


Centrar y orientar la vida a la misión, en plena docilidad al Espíritu Santo.


Vivir la vida cristiana con su esencial dimensión misionera universal .


Vivir según el estilo "misionero" de Cristo, Buen Pastor.


Asumir la misión como fuente, camino y medio propio para la santificación personal y comunitaria. Nos santificamos en la misión y por la misión conseguimos las tres cosas que caracterizan la santidad cristiana ( cf L.G. 4 0 ) : unirnos más a Dios, perfeccionar nuestra caridad y tener una vida más "cristiana".

Aparece claro, entonces, que la espiritualidad auténticamente cristiana es misionera. Ella es la base de nuestra comunión con Jesús y con las demás personas; es la fuente y motor de nuestro servicio misionero. Pensamos, sentimos, vivimos y servimos como misioneros, al estilo del Buen Pastor, bajo la guía del Espíritu Santo, que es el protagonista de la misión.

Así, pues, asuminos y vivimos nuestra espiritualidad misionera para ser santos, para producir frutos en nuestra vida personal y para tener la eficacia evangélica en nuestra misión.

Esta espiritualidad misionera tiene su fuente y su término en la Trinidad ( dimensión Trinitaria), se vive en la comunidad eclesial ( dimensión eclesial) y encarna la Caridad pastoral en el servicio al hombre en la historia y en el mundo ( dimensión antropológica ).

3.1 ESPIRITUALIDAD DE COMUNION CON DIOS : CON EL PADRE, POR CRISTO, EN EL ESPIRITU


La espiritualidad misionera ayuda a ir hacia el Padre, por Cristo, en el Espíritu. Configura la vida del cristiano y de la comunidad a imagen de la Vida, Verdad y Amor que se viven en la comunión Trinitaria. Hace que el cristiano aproveche la comunión trinitaria siempre como su fuente y modelo de vida.


Lleva a vivir en una comunión íntima de vida y de servicio con El y conforme a su estilo. La vida y la misión servirán para anunciar la salvación universal en Jesucristo. Ayuda a ser "contemplativo" en el discernimiento espiritual de la Voluntad de Dios.


Lleva a vivir la vida en plena docilidad y colaboración al Espíritu (RM 88) que obra en nosotros y a través de nosotros. Se vive y se sirve con la vida nueva que alimenta el Espíritu, mediante su acción y sus dones. Somos instrumentos al servicio del Espíritu.


Damos a Dios la respuesta contínua a través de la fe, la esperanza y la caridad teologales.

Como hemos visto, el seguimiento de Jesucristo , en su escuela de amor, implica vivir con El y vivir como El :

Vivir con El: cada día, acercarnos y unirnos más a El, compenetrarnos como sus amigos, permanecer en Su Amor. Para ello es fundamental comprender a Jesucristo como el "enviado" que nos envía Eso exige que nosotros lo descubramos presente, actuante como Salvador hoy, mañana y siempre; que nosotros vivamos en una íntima comunión con El. Nos reconocemos y obramos como enviados de Jesús. y vamos acompañándolo. Somo sus enviados, sus compañeros, sus mensajeros, los que vamos a mostrarlo en donde yá El nos esté esperando (Cfr. RM 88). En la profundización de esta convivencia amorosa con El nos ayuda de manera especial la Eucaristía, la escucha de la Palabra y la oración personal.

Vivir como El, asemejarnos a El: en mentalidad, criterios; manera de sentir y de actuar, en actitudes y en las acciones. Con humildad y obediencia entregar nuestra vida al estilo de Jesús. Es el Espíritu Santo quien va realizando esa transformación en nosotros para vivir como El. Esto exige comprometernos con El cada vez más: Ser "discípulo" y "testigo", escuchando la Palabra y poniéndola en práctica.. Poner a disposición de Jesús toda nuestra persona, vida, corazón, mente y bienes.

El fundamento de nuestra vida, de nuestro crecimiento y de nuestra misión está en " vivir con El" y " vivir como El " .

El camino seguro para ello es la docilidad plena al Espíritu Santo. Como los Apóstoles hemos de tener "docilidad", o sea una apertura y colaboración activa a lo que el Espíritu Santo quiere obrar en nosotros. El nos ayuda de muchas maneras pero, sobre todo, en dos formas: la primera, dándonos el don de la fortaleza, que se manifiesta después en valentía apostólica, en ardor misionero, en entusiasmo, en fortaleza. La segunda, con el don del discernimiento, que es conocimiento, luz, para comprender y obrar la voluntad de Dios; capacidad que Dios pone en nosotros para que comprendamos y comuniquemos la sabiduría de Dios. La obra del espíritu Santo es la de ir plasmando, forjando, en nosotros la imagen de Jesús para que la podamos transparentar. Entonces, la docilidad es dejarse conducir por el Espíritu Santo, dejar que El obre en uno para vivir y obrar según el estilo de Jesús. El estilo del misionero es el de la persona humilde y dócil al Espíritu Santo.

3.2 ESPIRITUALIDAD PARA VIVIR LA COMUNION ECLESIAL MISIONERA (RM 89)

Jesús nos llama y nos ayuda a "unirnos en El": a vivir una creciente comunión misionera. Seguir a Jesús requiere vivir la Comunión Fraterna. Nuestra comunión con El es la fuente y el dinamismo para la comunión con nuestros hermanos. "Unirnos en El ", es la condición para la misión.

Jesús ha prometido estar en medio de nosotros ( Mt 18, 19-20 ) , vivificando, guiando, enseñando, consolando, obrando como Buen Pastor. Nos ha pedido vivir el amor a Dios y al prójimo como el mandamiento principal, vivirlo en comunidad. Con la presencia y amistad de Jesús podemos conocernos, amarnos y servirnos los unos a los otros como expresión del amor de Dios: amar con El, como El y por El a nuestros hermanos. Esa comprensión mutua, esa unión, ese amor, nos impulsa a crecer, nos hace ser como Jesús. Alimentos decisivos para la vida comunitaria son el compartir de la Palabra, la fraternidad y el servicio, con amor a la Iglesia.

Estamos llamados a amar a la Iglesia como la ama Jesús. Amar la Iglesia, amar en la Iglesia y amar desde la Iglesia. Este amor el misionero lo expresa en la comunión fraterna que vive con los demás y a través de la cual realiza su misión. Vive en comunidad eclesial y ayuda a madurar otras comunidades eclesiales. Realiza su misión en la Iglesia, en comunión con los pastores. Es una espiritualidad comunitaria que hace crecer la apertura para compartir en favor de la misión.

Esta comunión fraterna hay que vivirla en comunidades eclesiales vivas, dinámicas y misioneras. O sea, reunidos en el nombre del Señor, amándonos, sirviéndonos; en Iglesia, compartiendo la fe y todo lo que tiene que ver con la fe; evangelizándonos y evangelizando. Comunidades vivas, que vivan en el Señor, que crezcan por la fuerza del Espíritu Santo y que hagan crecer a los demás comunicando la fe: comunidades misioneras.

Una expresión del amor eclesial es hacerse "hermano universal". El estilo de Jesús es amar y servir sin fronteras, para todos y en todo; sin desesperarse de nadie, sin excluir a nadie. El se ha entregado a la Iglesia y desde ella al mundo entero. El misionero que quiere tomar ese estilo de Jesús, ha de amar a la Iglesia como la ama Jesús, querer esta familia de la Iglesia, no andar como rueda suelta, sino estar siempre en una comunión fraterna de familia, de parroquia, de diócesis. Nuestro camino hacia Dios pasa por la Iglesia, como el de Dios hacia nosotros pasa tambien por ella. La Iglesia es signo e instrumento de Dios para la salvación de las personas y de las comunidades.

¿Cuándo se puede decir que una persona es hermano universal? Cuando tiene un corazón sin fronteras, cuando vive en comunión abierta, en comunión que se proyecta a todos. Se tendrá que notar la apertura a todos, sobre todo, a los más necesitados, a los que tienen más "hambre de Dios", sin discriminaciones y sin excluír a nadie y con una especial solicitud por toda la Iglesia universal.

La tarea es unirnos en El, para que el mundo crea, (ver Juan 17, 21), unirnos con corazón misionero universal.

3.3 ESPIRITUALIDAD PARA VIVIR LA CARIDAD APOSTOLICA AL SERVICIO DEL HOMBRE (RM 89):

"Ir con El" , en su Nombre y con su poder. Es el cumplimiento del mandato y la misión: vayan y evangelicen a todas las gentes ( Mt. 28, 19-20 ). "Ir con El" a "dar la vida", movidos por la caridad pastoral de Jesucristo, conforme a nuestra propia misión.

El camino es ser santos para ser misioneros y ser misioneros para ser santos: Para ello, se nos propone que asumamos el estilo de Jesús Buen Pastor (cf. Jn 10), que conoce las ovejas, va delante de ellas, las guía, las orienta, les da lo que necesitan, las ayuda. Y, lo más expresivo: el Buen Pastor da la vida por las ovejas con un amor hasta el extremo.Vivir una espiritualidad misionera exige anonadarse con Jesús y como El, asumir esos sentimientos, su manera de actuar, su estilo de vida. Ese estilo de vida y de servicio, esa caridad pastoral, es lo que se llama caridad apostólica.

La caridad apostólica se describe como sentir el ardor de Cristo por las personas, el celo apostólico por las personas, según el modelo de Jesús incansable, entregado, obediente, no ahorra esfuerzos, se dá de todo corazón. Esa caridad apostólica se manifiesta, por ejemplo, en ternura, como la que tenía Jesús en el trato con la gente; atención, con dedicación a cada persona y a cada comunidad; compasión, para no ser un juez del otro sino un hermano, dándole la mano; acogida, disponibilidad, interés por las necesidades de los otros.

La vida y la misión del cristiano se desarrollan en una sintonía creciente con Cristo Pastor. Esto lo lleva a asumir su caridad o amor de Buen Pastor, con lo cual se adquieren unas actitudes interiores especiales, que hacen más fecunda en frutos la misión. Expresión de esta espiritualidad es la disponibilidad misionera creciente para dar la vida con Jesús, como El y por El, sobre todo por la misión ad gentes (primera evangelización de los no cristianos).

El cristiano, conforme a su propia vocación, encuentra su plenitud en la realización auténtica de su misión. La espiritualidad misionera le ayuda a comprender y a encarnar en su propia vida los valores evangélicos, que después él mismo ha de promover en su comunidad y más allá de sus fronteras. Crece su sensibilidad misionera y su compromiso de servir a los más necesitados. Por otra parte, al tomar conciencia de la propia responsabilidad misionera, el cristiano asume con renovado entusiasmo su vocación a la santidad. Vivir la espiritualidad misionera es estar en el camino hacia la plena vivencia de las Bienaventuranzas, con una alegría interior universal, que no tiene comparación.

El Señor nos ha dado vida nueva para que nosotros la comuniquemos y produzcamos fruto. Y la orientación fundamental de toda nuestra vida es evangelizarnos y evangelizar. Evangelizar a todas las gentes, cada uno según su propia vocación, según los dones que haya recibido. Tenemos que ser honrados con Dios y ser misioneros comunicando, como buenos administradores de los bienes de Dios, lo que el nos da para servir a los demás. Así, seremos los primeros en recibir más dones, tanto de Dios como de los demás hermanos.

El misionero es, entonces, el hombre de la caridad, la persona que más ama con el amor de Dios; es signo y especial instrumento del amor de Dios, dando la vida por sus hermanos.

En cada servicio, pequeño o grande, el misionero aprende a unirse más a Jesús, perfecciona su caridad apostólica y da pasos en su configuración con el Buen Pastor, por obra del Espíritu Santo.

La espiritualidad misionera demuestra un amor filial a María y promueve una contínua imitación de su caridad y de su amor materno, que comunica vida dando a Jesús.

Así, todos nosotros podemos ir con El, en Su nombre, dar la vida con El, con caridad pastoral, como El y por El.



4. ALGUNAS CONCLUSIONES


El verdadero misionero es el Santo en el sentido de que cada misionero preocupa por crecer en la comunión con el Señor, en comunión fraterna y en dar a Jesús y darse como Jesús. También podemos decir: el santo es verdadero misionero, porque no se llega a ser santo sin ser verdadero misionero. Y así destacamos que la misión es el principal medio, el principal camino, para ser santo.



Son tres las claves de nuestra espiritualidad misionera: seguimiento de Jesús( vivir con El y vivir como El ), comunión fraterna ( unirnos en El ) y misión universal ( Ir con El y Dar la vida ). Con estos pasos conseguiremos cada día tener más el estilo de Jesús y dar el fruto que el Señor espera de nosotros.



Jesucristo, por el Espíritu Santo, es el que obra la santificación en la Iglesia, en cada persona, en cada comunidad. Lo que nosotros seamos, lo que vivamos, los frutos que produzcamos, depende de que estemos en El, con su estilo de vida y con una plena entrega a la misión universal. La espiritualidad misionera nos mantiene dóciles a la acción vivifivcante y santificadora del Espíritu Santo.



Viviendo auténticamente nuestra espiritualidad misionera, seremos buenos Misioneros para ser santos.



PARA PROFUNDIZAR Y APLICAR :


Describir qué importancia tiene, para la realización de nuestra misión, cada uno de los cinco pasos que se aprenden en la escuela de amor con Jesús: Vivir con El, vivir como El, unirnos a El, ir con El, dar la vida con El?



Explicar a otra persona por qué la misión es la principal fuente y el principal medio para santificarnos. En qué sentido es cierto que el verdadero misionero es el santo y que para ser santo se necesita ser verdadero misionero ?



Describir los demás medios que más nos pueden ayudar a crecer en nuestra espiritualidad misionera.



Orar con otras personas para agradecer la obra santificadora del Espíritu Santo en nosotros y discernir pasos concretos para mejorar nuestra docilidad , personal y comunitaria, a El.


 FUENTE: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cevang/p_missionary_works/infantia/documents/rc_ic_infantia_doc_20011109_esamp13_sp.html